Bienvenid@, tu presencia ilumina este rincón de letras, y agradezco cada momento que elijas pasar conmigo un lindo encuentro....

lunes, 11 de octubre de 2010

Poemas de Poldy Bird






Nació en Paraná provincia de Entre Ríos-Argentina, en el año 1941. Perdió a su madre tan sólo con ocho años en un trágico accidente de tren, esto marcó su vida para siempre. Con 13 años ganó un concurso de poesía, y con 16 publicó su primer cuento, un año más tarde ya empezó a publicar de forma profesional, colaborando en revistas importantes, en suplementos literarios tanto argentinos como del exterior. Poldy en alguna ocasión ha comentado que el talento que tiene con la escritura lo heredó de su madre. Entre sus obras más famosas se encuentran: Cuentos para Verónica” (dedicado a su hija), "Cuentos para leer sin rimel" y "Nuevos cuentos para Verónica".
No le gusta que califiquen a sus relatos como sentimentales o sensibleros. Lo que ella busca es escribir sobre problemáticas emocionales. "Nunca me propuse conmover, además por más que te lo propongas sino tenés un don no le movés un pelo a nadie. Lo mismo pasa con hacer humor. Tanto el hacer reír como el hacer llorar, no es algo que se pueda forzar, tiene que salir solo. Yo creo que la gente llora porque mis relatos le disparan recuerdos sobre sus sentimientos o le remueven alguna situación de su historia personal".


CAFÉ PARA UNO

Casi le pido al mozo “Dos cafés”. Pero me dio un poco de vergüenza pensar que la gente se extrañaríaal ver la otra taza, frente a la silla vacía. O que el mozo creyera que alguien faltó a la cita o me dejó plantada. Así que dije: un café.
Y mientras revuelvo amorosamente la cucharita en el líquido humeante me parece verte caminar entre las mesas sonriendo como siempre, con tu casaca, el diario en una mano y mirando con tus ojos claros. ¿Cuánto tiempo hace que no nos encontramos? ¿Cuánto tiempo sin que alguien quiera saber cómo verdaderamenteme siento, qué me pasa, cómo estoy? Sin intentar juzgarme o reprocharme; sino simplemente entenderme.Eso es lo que más extraño de ti: la comprensión. Decirte todo. Confesarte aciertos y errores sin que te sobresaltes, ni te enojes, ni me pidas explicaciones.
Algo se apuraba en mi pecho cuando te miraba las manos, con tus dedos manchados de nicotina, sensitivas y fuertes a la vez. Manos que no se avergonzaron de cambiar pañales, de ayudarme a lavar platos, de traerme un pequeño regalito, sólo de recuerdos.
Todos los amigos se acuerdan de ti y te echan de menos. Algunos siguen viniendo a casa, otros no, pero sé que se acuerdan y siempre te van a recordar. No es necesario que te cuente las cosas
en detalle, porque estás enterado de todo, estoy segura! Y aunque quisiera hablarte las palabras se me ahogan en ese lago que inunda mi garganta. Se hunden allí, no salen.Yo sé que estás sereno y suelto como antes. Estás ahí, con una paz que suelta pajaritos de luz sobre las cosas. Y me parece que si estás ahí, nada malo podrá sucederme, porque no dejarías que nada malo me pasara.
Como el mar contra las rocas, estallan mis recuerdos. Y hasta la última célula de mi cuerpo se siente desamparada en tu ausencia. Nunca nadie me hizo sentir tan protegida, nunca nadie me ha vuelto a dar paz. A cada recuerdo lo subraya una línea azul de llanto y me la beboa sorbitos con el café. No vi en qué momento te fuiste.No oí tus pasos alejándose. Me sequé las mejillas con las manos, llamé al mozo, pagué, respiré hondo, observé la taza solitaria y salí. Cada tanto entro a un café y pido “Un café para uno” y te convoco, te siento frente a mí, te arranco de ese exilio que es la muerte y por un rato creo que la silla vacía se llena con tu presencia como un sueño.


AZÚCAR PARA LA SUERTE


Toma. Este sobrecito de azúcar es para la suerte. No, no lo uses, no lo eches en el té, guárdalo. Pónelo en un bolsillo de tu cartera, o en un cajón de la cómoda. ¿Vos no creés en estas cosas? Si, seguro que creés Todos creen, aunque digan que no. Todos hicimos alguna vez un pilato, cruzamos los dedos mientras jurábamos mintiendo. Pero fundamentalmente vos estás segura de que yo te comprendo, de que yo te quiero, de que somos amigas, por más que me conozcas por fotos y yo no pueda dibujar tu rostro exactamente en mi memoria, así, con esa mirada y esa sonrisa y ese color de piel. En realidad lo que conozco bien es tu manera de sentir: los motivos de tu insomnio, de tus lágrimas, de tus alegrías. Me parece que podría dibujar, eso, si, exactamente, tus sueños. Y este sobrecito de azúcar que tocas aquí, en el renglón número "tanto" de esta pagina (cuidado, que no se rompa, va a ser como un panadero soplado en la siesta de verano, puro copito de algodón desparramado el azúcar si se cae) lo robé de la mesa de un bar para dártelo a vos. A vos que sos de sagitario como yo, o de acuario como mi hija, o...¿de qué signo sos? Este sobrecito de azúcar hará que todos los planetas estén bien aspectados para vos. Que tengas tantas ganas de vivir, que nada te las pueda anestesiar. Hará que entiendas que la libertad no es algo que nos llega de afuera, una imposición, una dádiva, un regalo, una gracia, sino que es algo que tenemos adentro, que nos pone alas en la mente y en el corazón, para que nuestras ideas y nuestros sentimientos puedan volar aunque nos tengan encadenadas a una silla, amordazadas, quietas, entre rejas, amenazadas. Lo que sale a volar es el alma..., la que viaja es el alma, por lluvias que enhebran las cuentas del arco iris ... de siete mil colores. Y a esa alma no la hieren las mentiras, porque no le llegan. Y no la perturban las sombras, porque ella es como una invencible mariposa de luz. Cada granito de azúcar de este sobre es una armadura para que te defienda. Cada granito de azúcar es una hora de un recuerdo que no querés que se pierda: es un poquito de infancia en la casa de la abuela.... Y es un ratito de la noche en que nuestra prima mayor se quedaba a dormir en casa y escuchábamos embobadas sus historias de amores y de bailes girando interminablemente... Y es mamá adornando con rositas de organza la torta de nuestro cumpleaños, cuando se cumplían los tres deseos que pedíamos al soplar las velitas... Y es la abuela paciente enseñándonos a tejer en punto santa clara una bufanda que nos llegaba hasta los pies. Y es la maestra de quinto grado, tan linda, tan alta, tan elegante y tierna, poniéndonos en el cuaderno un muy bien diez que despertaba el orgullo de papá. Y es el rouge rosa claro con el que pensábamos que parecíamos más mujeres. Y la gota de esmalte que cortaba la corrida de la media de nailon. Y el chico que no quería dejarnos ver la película en el cine del barrio, enamorado y ávido. Un puñadito para todos: el sello del primer voto en la libreta cívica, una manifestación disuelta con gases lacrimógenos que casi nos asfixian, los paraísos talados en toda la cuadra de casa, la sortija de casamiento, el bebe chiquitito que nos convirtió en diosas, el miedo de morirnos antes de que fuera grande y pudiera valerse por sí mismo. Las cartas de los amigos que se fueron a vivir a otros países, los discos de Sui Generis... Y cómo las cosas que amábamos se iban disociando: los Beatles, el café semanal de las cuatro mosqueteras......Qué sé yo.


BAJO LA LLUVIA

Bajo la lluvia.
Flores de agua que asoman sus corolas
en el ramaje del pelo,
una gota resbala por el cuerpo,
deja una huella celeste
y un beso.
Estar desnudos
como en el primer día.
Serla primera mujer
y el primer hombre
y trenzarnos en lucha
hasta que la carne
se nos caiga a pedazos,
como harapos
y quede la osamenta,
y la lucha siga
entre huesos de nácar
y palabras
que bailan en el agua.
Estar solos,
íntegros y nuestros,
cansados como sauces.
La lluvia nos entierre
con su pala de plata
y crezca de nosotros
un árbol superior.
Bajo la lluvia.
Pesan las costumbres
sobre el cuerpo
y abre el agua sus pétalos.


BESOS EN LA BOCA

Cierro los ojos. Vienes.Y qué importa si vienes, si eres tú, quien sea…Cierro los ojos y el perfume que quiero, el que elijo, se derrama en mi cuerpo, y en el lugar vacío se hace presente un hombre.Un hombre que me ama, que se muere de ganas de apretarme en sus brazos, que desliza caricias por la piel, seda en celo.Los murmullos de su voz confunden las palabras, las envuelven, las sueltan… ¿es tu voz… es tu arrullo? ¿Y qué importa si es tuya, si se parece o no a la voz que amé, que quizás sigo amando todavía? Nada importa. Los cuerpos tienen treinta y siete grados de temperatura, algo más en el momento de hacer el amor… y pesan lo que el delirio quiera… porque se van acomodando al vaivén, al oleaje del mar sobre las sábanas… Un cuerpo, el tuyo, otro… con los ojos cerrados… son el mismo cuerpo que al abrir la caja del deseo deja volar un millón de mariposas en el cielo oscuro de la soledad.T ú qué andarás haciendo.Por qué lugar caminarán tus pasos. En qué charla estarás entreverado.En qué silencio estarás amarrado como un velero al muelle. ¿Estás vivo?¿No te has muerto aun de indecisión, de estupidez, de aburrimiento? Yo me obligué a estar viva. Me obligué a no pensarte, a cambiarte por otros en la imaginación, a confundir las pieles, los gustos, las texturas, a transformar muchos hombres diferentes en ti.Ninguno se da cuenta si pronuncio tu nombre, porque ninguno escucha… y estoyen mi emoción y en mi mente con quien me da la gana. ¿Qué importa si estás o no? ¿Qué importa si me amas o dejaste de amarme, si nos conocimos de veras aquella tarde, allá, o sólo fue un recuerdo de quien sabe quien que pasó por allí y entrecruzó su pensamiento con el mío confundiendo la verdad? Yo no cuestiono tanto. Ni hago preguntas. Ni me pregunto. No necesito respuestas, ni explicaciones, nada. Hay un nuevo ícono en mi computadora celular… es uno en el que vuelcas todo lo que ha pasado, y lo elimina sin largarlo al espacio, sin ocupar el aire… lo desaparece como el mejor de los magos, sin dejar rastros.Y así todo comienza. Vuelve a empezar. Lo aprendí de los días, lo aprendí de las noches, lo aprendí de las lluvias y las enredaderas de jazmines azóricos. Todo vuelve.Todo empieza. Todo se recicla. ¿Qué importa que ese que ahora me besa y mis ojos cerrados no ven ni reconocen… sea otro o seas tú? Sus besos en la boca son esos mismos besos en la boca que me resucitaron cuando creía que nunca volvería a enamorarme.Los labios que se apoyan en los labios, suavemente. Los labios que se entibian, que se mojan, que entran en ebullición, la boca que abre su capullo y se convierte en rosa, hambrienta rosa carnívora, rocío de saliva, leves filos de dientes con la sabiduría de no lastimar…Ay, tu boca.Ay, mi boca. Ay las bocas sedientas, las bocas espléndidas, las bocas apuradas que de pronto se hacen lentas, se detienen, esperan el encuentro, se acomodan a los latidos del corazón, los besos, los besos en la boca, de esas bocas que se fueron acercando kilómetro a kilómetro, día a día… hora a hora, segundo a segundo… hasta que unieron chispazos de electrones en un grano de arena. ¿Sólo fuiste un invento? ¿Mi invento? ¿Solamente amé yo…?Ah… ya no importa. Si fuiste… si eres… si serás…Total…. cierro los ojos, digo un nombre que quizás sea el tuyo, o el de otro, o un nombre cualquiera que me guste… y las agujas del reloj comienzan a marcar la hora mágica,la hora solamente mía de los besos en la boca.


NUNCA VUELVEN

Voy a tener que cambiar de planeta.
Porque quiero olvidarte y no puedo.
Dejo las calles por las que caminamos juntos.
No voy a los restaurantes donde comíamos.
No escucho la música que te gustaba.
Quemé mi vestido azul y mi blusa turquesa,
que eran tus preferidos.
Saqué tu ropa del placard, regué tus perfumes en la arena,
rompí tus discos, desenrollé tus cintas,
regalé tus libros, cambié de lugar tus muebles,
pinté las paredes, limpié tus huellas de todo lo que tocaste.
¡Cuánto froté mi cuerpo bajo el agua!
¿Y quién crees que se me aparece en sueños,
cuando duermo? Tú.
Encantador, diciéndome justo lo que ansiaba escuchar.
Tú. Con la sonrisa aquella.
Con la mirada aquella.
Con esa luz que me encendía como a una lámpara.
Ahora me pongo el despertador cada dos horas
para despertarme y alejarte.
¡Vete! Ya tomaste de mí lo mejor que tenía.
Déjame lo demás. Aunque no sea perfecto,
aunque no sea ni siquiera bello, lo quiero para mí,
lo necesito para seguir viviendo.
¡Vete! Me fui al norte, me fui al sur,
y al este y al oeste, y al otro lado del océano...
Al frío y al calor, ¿y a que no sabes quién me abrigaba,
quién me refrescaba, quién me señalaba lo que había que mirar,
quién descubría conmigo los lugares nuevos? Tú.
No sé cómo te sientas en el cine junto a mí.
Y caminas delante de mis pasos. Y me esperas en todas
las esquinas.
¡Basta ya! Bórrate. Esfúmate. Dilúyete.
Quédate quieto donde tienes que estar.
Silencia tu voz. Apaga tu mirada.
No me toques. No espíes mi corazón.
No te instales en mis sentimientos.
¿Acaso no sabes que ya no es posible?
¿Acaso no entiendes que ya no hay manera de lograrlo?
Yo lo intenté y fue en vano.
Horas, días, meses, llamándote, rezando,
pidiéndole a Dios a los gritos que no fuera verdad,
que exorcizara de mi ser la pesadilla filosa que cortó el romance.
“Hubiera podido ser hermoso como una estrella”.
Pero se quebró.
Cristal hecho añicos.
Un espejo roto que nada reflejaba.
Anduve loca con gritos aturdiéndome.
Buscando en los rincones, en los cajones,
en los bolsillos, en los recuerdos.
Haciendo una fiesta a cada papelito escrito por tu mano.
Lustrando tus retratos.
Frotando mi nariz en tus olores que se iban desvaneciendo
por tu ausencia.
Desesperada. Descontrolada. Sin ver a nadie.
Fabricando la realidad con hilos de cristal y pedacitos de sueños.
Y me di la cabeza contra la verdad.
Ya nada.
Ya nunca más.
Ya nunca. Nunca.
En medio del dolor me detuve.
Es hora de recobrar la vida, me dije,
fue demasiado llanto. Sequé las lágrimas,
olí las rosas, me pinté los ojos,
vi el arcoíris después de la lluvia,
puse en orden el alma y me empeñé en ponerte en tu lugar:
allá, con todo lo que fue, con lo vivido, e el pasado,
como debe ser.
Pero tú no me dejas. No te das por vencido.
Voy a tener que irme a un planeta sin aire.
Porque eres el aire. Eres el aire.
Eres el aire. Y el agua. Y los jazmines. Y mi sombra.
Y mi canto. ¡Vete!
¿No te han dicho, acaso, que los muertos no regresan?
Nunca regresan. Nunca regresan.
Nunca regresa.

1 comentario:

  1. Martes 11/2, 20hs, un encuentro con las letras, con la emoción, con la ternura de una exitosa escritora paranaense: Poldy Bird.

    "Y sentir, que si alguna misión tenemos en la tierra, es la de fabricar, con nuestro amor y nuestros actos... plumas para las alas de la gente".

    En el homenaje musical: El Cuarteto Zupay.

    Te invitamos a escucharnos en "Mañana puede ser tarde", por Radio Conexión Abierta, la radio de la Univ Abierta Interamericana.

    ¿Te lo vas a perder?

    Escuchanos por http://www.mañanapuedesertarde.com.ar/ o por http://www.conexionabiertavivo.com.ar/

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La magia de las palabras abre las puertas de un mundo infinito, donde cada página es un viaje y cada lectura un encuentro con la belleza de la imaginación.

Mi eterna gratitud por vuestra visita.

Rosana

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